Okupas y casas tomadas en Capital Federal

Es una problemática de la Capital Federal, como así también de la Provincia.de Buenos Aires.
Este fenómeno social de las casas tomadas está teniendo un aumento desenfrenado por la gran cantidad de gente indigente que no tiene los recursos para adquirir una vivienda digna. El incremento del accionar de la ocupación de las casas en nuestro país se dio con mayor intensidad, a partir de 1984, cuando se redujeron las penas por usurpación de inmuebles. Solo bastó esperar 10 años para que las penas vuelvan a ser más altas para los usurpadores, hasta llegar al desalojo con intervención policial.

Tanto como por la Constitución Nacional como por la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, es reconocido el derecho a una vivienda digna. Lamentablemente, la Legislatura declaró la Emergencia Habitacional hace 6 años (que obligaba a la Ciudad a destinar entre 50 y 100 millones de pesos anuales para construir viviendas o ayudar con subsidios y créditos a las familias sin techo propio). Igualmente, la situación de una importante franja de la población no se soluciona. Según datos de la Legislatura en el año 2006, en Capital había más de 340.000 personas con problemas de vivienda, es decir un 12% de la población. La Emergencia Habitacional (que todavía está vigente), también postula que no se desalojarán los inmuebles que pertenezcan al Estado y estén ocupados por familias pobres con el fin de habitarlas como viviendas.

Sí hablamos de datos actuales, el relevamiento indica que sólo en la Ciudad hay 12.000 casas tomadas, de las cuales el 40% de ellas son del Estado. Las restantes son de particulares que alquilan la pieza por 120$, o no saben que su propiedad está tomada. Quienes si saben, tienen el problema de no poder sacar a los okupas de forma legal y pacífica.
Una de las dificultades que se presentan sobre este último caso son los variados juicios de la gente que tiene propiedades con okupas dentro y que, para tratar de sacarlos, llevan años de reclamos y procesos judiciales hasta que no se solucione el problema. Mientras tanto deben pagar los impuestos de dicha propiedad que no pueden utilizar.

Los barrios con más cantidad de casas tomadas son: Retiro, La Boca, San Telmo, Monserrat, Balvanera, Abasto, Almagro; en menor medida se encuentran Palermo, Villa Crespo, Flores, Floresta y Mataderos.

Pero volviendo a los okupas... ¿por qué ocupan? Estas personas son mayormente indigentes, personas que no se pueden pagar una habitación para habitar o que viven en la calle, que deciden como solución a sus problemas la ocupación de inmuebles.
También se encuentran los okupas que toman inmuebles con objetivos de protesta, que pueden ser políticas o culturales a favor del comunismo y del anarquismo, aunque en la Argentina estos casos sean los menores.

Las condiciones de vida de los okupas son totalmente insalubres, porque no cuentan con buenos servicios de agua potable, de electricidad o gas en sus viviendas, dada la precariedad en la que viven. Así quedan desprotegidos y sin ningún tipo de control que garantice su propia seguridad.
Además, las viviendas que toman no tienen tampoco las medidas necesarias dispuestas por las Naciones Unidas (15 m2 por persona) para su desarrollo integral y familiar. Así, una familia tipo (un matrimonio con 2 hijos) de 4 personas, necesitaría una vivienda de 60 m2 mínimo, cuando en las casas ocupadas esto no se cumple, porque mientras más gente entre en la habitación, sin importar el espacio, mejor.
Por otro lado, cuando la policía desaloja estas casas tomadas... El interrogante que sigue es: ¿Dónde van o a dónde llevar a los ocupantes ilegales de esta vivienda?
No nos olvidemos que están cometiendo un delito, pero... ¿esa es la solución? Si seguramente terminan en la calle o vuelven a ocupar otras casas.

Por parte del Estado no parece que se le de importancia alguna. Tampoco es la solución regalarle las casas, pero podría otorgárseles una, a corto plazo, mientras el Gobierno de la Nación o de la Ciudad les de un trabajo que pueda garantizarles una fuente importante de dinero que puedan utilizar en el futuro. Mientras estas personas trabajen y manden a la escuela a sus hijos, no se les quitará esta casa. De lo contrario si. Esta puede ser una solución a corto, mediano y largo plazo.

Otra realidad es que, las personas que trabajan, con un sueldo mensual promedio, no pueden llegar al sueño de la casa propia, por su elevado valor adquisitivo. Teniendo en cuenta las estadísticas de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), el poder adquisitivo del salario medio alcanza para adquirir alrededor del 50% del valor del metro cuadrado de una vivienda nueva en la zona norte. Esto significa que debemos disponer de 2 salarios para la compra de 1 m2, lo que hace que, para pagar una unidad de 60 m2 (4 personas máximo), hagan falta 120 salarios. Y no nos olvidemos que, mientras tanto, también hay que mantener a la familia con comida y ropa, básicamente.

Contrariamente a lo antes descripto, no debemos obviar que el auge de las torres en construcción no ha cesado, sobre todo en la zona Norte de la ciudad y los departamentos que se ofrecen a la venta, están al alcance de personas con un muy alto nivel económico que pertenecen a otro círculo social. Lo curioso es que estas torres no están totalmente ocupadas. Entonces... ¿Por qué siguen construyendo? Y ¿Quiénes son los que acceden a estas propiedades?

Dos caras de una misma moneda: asentamientos con okupas- viviendas con inquilinos- propietarios con más propiedades

Lo cierto es que aún nadie ha encontrado una solución para garantizar una sana calidad de vida a cada uno de los ciudadanos que habitamos esta ciudad y parece muy lejana poder encontrarla, ya sea por desidia o por falta de voluntad política, sin importar quien esté en el poder.