
Pitó el arbitro y sentimos un alivio de ansiedad difícil de explicar. Y apenas empezó observamos como los jugadores salieron con todas la ganas a ganar el partido. Se apreciaba que nuestra Selección podía terminar victoriosa con solo correr, apretando el acelerador gracias a Messi, Tévez e Higüaín.

En el segundo tiempo también se vieron las ganas por parte de los jugadores para terminar de ganar el partido. Otra vez las situaciones las tuvieron los dos delanteros que juegan en los mejores equipos españoles: Messi e Higüaín, que hicieron
destacar al arquero nigeriano o dudar de la capacidad de los mismos para definir. Messi tuvo varias jugadas que fueron tapadas por el arquero nigeriano o erradas por escasos centímetros. Por esto, los nigerianos entendieron que las chances desperdiciadas para Argentina eran un tipo de señal que debían acatar para cambiar las cosas. Aunque no generaron un peligro claro en el arco rival, lograron ponernos nerviosos a todos los hinchas de nuestra Selección, que esperábamos el pitido final para festejar. Y pudimos festejar: el arbitro marcó el descenlace. Esperamos tanto y empezamos contentos el Mundial...

Así, con el partido terminado pudimos evaluar el rendimiento colectivo e individual, y actuaciones positivas y negativas:
Heinze aprobó. Tevéz participó poco, pero no menos que Di María. Jonás Gutierrez corrió pero casi no tocó la pelota gracias a los nigerianos que él debía perseguir. Estaba en un sector en el que no está habituado a jugar ni a funcionar. Por esto terminó más cansado de lo que debía. Verón demostró presencia y actitud, pero no logró distribuir como él sabe. Cada vez que podía dialogaba con Maradona para intercambiar opiniones sobre el partido y el orden del campo. Los centrales se mostraron con altibajos en defensa y vitales en ataque para despistar y cabecear en los corners a favor. ¿Romero? Seguro, como siempre lo demostró en la Celeste y Blanca.
En rasgos generales, la Selección atacaba cuando quería o cuando la pelota pasaba por Messi que jugó un gran partido, individual y colectivamente. Se vieron destellos de sus jugadas en el Barcelona: la corrida, el enganche y el remate. Se fastidió en las ocaciones erradas, pero se mostró durante todo el partido para recibir las pelotas y así, con ellas, empezar o terminar las acciones, siempre yendo hacia adelante.

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